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lunes, 16 de diciembre de 2019


Los entornos virtuales
¿enseñanza innovadora o tradicional?





En esta ocasión reflexionamos sobre qué tipo de enseñanza proporcionan los entornos virtuales ¿innovadora o tradicional? Para ello, abordamos el artículo “Aprender y enseñar en entornos virtuales: actividad conjunta, ayuda pedagógica y construcción del conocimiento” de Javier Onrubia que propone, desde un enfoque teórico constructivista y sociocultural, una guía u orientación para analizar los procesos virtuales de enseñanza y aprendizaje abordando los conceptos de “actividad conjunta”, “ayuda pedagógica” y “construcción del conocimiento”. Además, expone una serie de consideraciones a tener en cuenta a la hora de diseñar y evaluar los entornos y los procesos virtuales de enseñanza y aprendizaje.

Onrubia en primer lugar, considera que el aprendizaje virtual es “… un proceso de (re) construcción personal de ese contenido que se realiza en función, y a partir, de un amplio conjunto de elementos que conforman la estructura cognitiva del aprendiz …” De esta manera, la actividad mental constructiva de los alumnos y la calidad de ésta serán la esencia para lograr la calidad del aprendizaje. Esto implica principalmente, que tanto la estructura y la organización interna del contenido a aprender como la adaptación meticulosa del proceso de aprendizaje a las características de los alumnos a los que se dirige deben ser el centro del diseño de los procesos virtuales de enseñanza y aprendizaje virtual. Así como también, el aprendizaje virtual debe incluir dos tipos de representaciones: el significado del contenido a aprender y el sentido que tiene aprender ese contenido. En segundo lugar, la enseñanza virtual es “… la ayuda educativa ofrecida por el profesor.” Un proceso “… que permita la adaptación dinámica, contextual y situada … entre el contenido a aprender y lo que el alumno puede aportar y aporta a ese aprendizaje en cada momento.” Una ayuda pedagógica necesaria, entendida como una “realización conjunta de tareas entre profesor y alumno”, que consiga un aprendizaje progresivo más significativo, autónomo y autorregulado del alumno. Esta ayuda deberá ajustarse mediante diferentes formas de uso del lenguaje.

En el diseño de un aprendizaje virtual es fundamental optar por el modelo “alumno-profesor-contenidos” basado en: “la actividad mental constructiva del alumno que aprende, la ayuda sostenida y continuada del que enseña, y el contenido que es objeto de enseñanza y aprendizaje” para garantizar la calidad del aprendizaje virtual. Esta interactividad (“actividad conjunta” entre profesor y alumnos) en gran parte queda sujeta al diseño tecno-pedagógico. Es decir, las restricciones y las potencialidades de las características de los recursos tecnológicos del entorno virtual y del diseño instruccional del proceso enseñanza-aprendizaje empleados pueden determinar algunas actividades conjuntas previamente diseñadas. Sin embargo, un diseño tecno-pedagógico es flexible y puede adoptar otras formas de organización de la interactividad, según lo requieran las necesidades de los alumnos.

En la actualidad, la mayoría de los entornos educativos podemos observan una clara prolongación del modelo educativo tradicional, que sigue manteniendo un plano lineal de trabajo y comunicación entre profesor y alumnos. El diseño de los contenidos presenta una estructura cerrada y meramente instruccional, donde las actividades propuestas a los alumnos no implican una interacción dinámica entre todos los participantes, incluido el profesor. De tal forma que no existe una retroalimentación que sirva para modificar los contenidos y/o actividades y, al mismo tiempo, ajustar las medidas y recursos de ayuda necesarios.

Por otra parte, Onrubia expone algunas consideraciones que se deben tener en cuenta al diseñar y evaluar los entornos y los procesos virtuales de enseñanza y aprendizaje:

·       Para el diseño: A) Poseen una ideología implícita que condiciona el trabajo, no son neutros educativamente. B) Las restricciones y potencialidades tecnológicas e instruccionales condicionan las actuaciones y los modelos didácticos de profesores y alumnos. C) Deben proporcionar una “ayuda ajustada” que se concreta en unos ajustes de interactividad óptimos. D) Deben potenciar la “presencia docente” para que éste pueda ejercer un seguimiento continuado y apoye al alumnado. E) La actividad conjunta (profesores-alumnos) y los contenidos a aprender serán la base de los contextos y procesos virtuales de enseñanza y aprendizaje. F) Deben ser flexibles, abiertos con capacidad de reusabilidad para poderse adaptar a diferentes alumnos, situaciones y contextos. G) La enseñanza está planificada considerando el tipo y el grado de las unidades básicas (profesor-alumno-contenidos) que se pueden dar en los diferentes contextos de uso. H) El diseño está en constante revisión a causa de la interactividad constante y dinámica.

·       Para la evaluación: 1) Sitúan en el centro las formas de organización de la “actividad conjunta” (profesor-alumno) y los procesos y mecanismos de ajuste como el objeto central de ésta. 2) El modo de cómo se emplean las herramientas, los materiales y las actividades para promover la implicación de profesores y alumnos en las diferentes actividades conjuntas permitiéndole, al profesor que pueda ajustar su ayuda a los alumnos. 3) El “diseño tecno-pedagógico” (las características y herramientas tecnológicas del entorno y las características del diseño instruccional) cómo influye en los participantes para su implicación en la organización de la actividad conjunta. 4) Promueve un uso efectivo de las herramientas disponibles y la implicación de los participantes (profesor-alumnos) en la concreción del diseño y la estructura de la “interactividad real”.

En conclusión, Onrubia señala sin dudar que las TIC suponen “… nuevas posibilidades de innovación y mejora de los procesos formales de enseñanza y aprendizaje …” pero su mera incorporación no es garantía de una mejora real. En cambio, sí han servido para fortalecer modelos dominantes. Por ello, el autor apela a la importancia de reflexionar sobre los objetivos y criterios que deben guíar la incorporación de las TIC a las prácticas educativas y a la importancia de la investigación empírica de dicha incorporación para la mejora de la calidad de la enseñanza.
Verdaderamente, hasta ahora en los entornos virtuales de aprendizaje no se ve una innovación plausible de la enseñanza al no partir del principio de una interactividad real de todos los participantes. Los entornos educativos son el formato digital del método tradicional de enseñanza-aprendizaje quedándose a medio camino de lograr un nuevo método de aprendizaje virtual, coartando la potencialidad de las TIC en el ámbito educativo. Existen plataformas virtuales que ofrecen un modelo de aprendizaje virtual con herramientas y recursos que bien diseñadas para un adecuado uso permiten la actividad conjunta de todos sus participantes y el ajuste de la ayuda del profesor conforme a medida que se desarrolla el proceso de enseñanza-aprendizaje virtual. Aunque continúan siendo un soporte cerrado. Un ejemplo de ello, lo encontramos en el entorno virtual llamado Moodle, que permite muchas posibilidades de trabajar con otros programas, compartir los materiales, etc.



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