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sábado, 2 de noviembre de 2019


Es necesario reflexionar
¿qué implica usar libros de texto como principal recurso educativo?

Bienvenidos/as una semana más!! 
Durante la sesión de esta semana profundizamos sobre la implicación de la implementación del libro de texto en las aulas.

En primer lugar, al seleccionar el profesorado para su clase o asignatura un libro de texto otorgándole un papel principal como único recurso educativo en el que se apoyará para impartir sus clases, automáticamente cae en una descalificación profesional. El libro de texto presenta un curriculum elaborado, estandarizado que se transforma en un curriculum prefabricado coartando la capacidad de innovación de los profesores. En segundo lugar, no podemos negar que los libros de texto son potenciales transmisores ideológicos tanto por lo que contienen y no contienen en su interior. De esta manera, se enseña un curriculum totalmente dirigido explicita e implícitamente por la ideología que hay detrás de la editorial autora.

Por lo tanto, en tercer lugar, los libros de texto imponen una secuencia didáctica estandarizada y lineal que limita la libertad profesional del profesor en todas sus facetas. Todo ello, convierte a la escuela en una fábrica de producción en serie donde los profesores son los operarios que en cada lineal (curso escolar) se encargan de ir dando forma al producto final (alumnos), según el pedido requerido, es decir la filosofía que esconden los libros de texto.  Así pues, la educación es una estrategia de control social sinónima de poder, de gran interés económico y político para cuatro o cinco grupos editoriales, que en la actualidad también son dueñas de cadenas televisoras y diversos medios de comunicación. El marketing, los fraudes, las prácticas corruptas, entre otras, son algunas de las acciones que utilizan estas editoriales para convencer tanto a profesores como a padres de familia que el libro de texto es imprescindible para poder aprender.

Los profesionales de la educación deben reflexionar y tomar decisiones éticas sobre el uso de los libros de texto. Para continuar profundizando sobre esta temática y su repercusión en la educación, a continuación, comentaremos una serie de textos recomendados:
El primer texto “Ideología y discurso en los contextos educativos: Manifestación del currículo oculto” de Atienza (2006), después de analizar algunos libros de texto de educación secundaria de Historia, en Cataluña, afirma que los textos escolares esconden estrategias argumentativas reveladoras de una determinada ideología. Además, los libros de Historia no potencian la lectura crítica de la realidad sesgada de algunos temas que presentan. Sin embargo, sí potencian el sistema de creencias de forma oculta en su discurso, sembrando así los prejuicios e imágenes negativas de algunos temas. También, se observó que las secuencias narrativas y descriptivas en los libros revisados se caracterizan por no ser explicativas para no ser cuestionadas. La Historia sólo admite su lectura en una sola dirección “la nuestra” y se silencia lo negativo, a conveniencia de la imagen que se pretende sembrar de “los otros”. Y, llamó la atención cómo la ideología oculta se vislumbra en los títulos de las unidades o en las síntesis iniciales de los temas que componen los libros de texto; la omisión de algunas realidades como los gitanos, las relaciones entre el primer y el tercer mundo, la migración, etc. Tras este estudio, Atienza piensa: “… debiera abogarse por aprender a leer críticamente su contenido”.


Respecto al texto “Para qué profesores y profesoras si ya tenemos libros de texto” de Jurjo Torres Santome, se destacan diferentes aspectos a comentar. Una de las ideas principales es que los libros son materiales revisados por lo que los contenidos que se abarcan son seleccionados.

Además, habla de que las Editoriales son las encargadas de agrupar esos contenidos mínimos y máximos que se deben trabajar en el aula. También, se centra en las críticas que recibe el profesorado si se deja de lado el libro de texto, añadiendo que este se trata de un producto político. Destacando que estamos en una sociedad guiada por el consumismo y que dicha situación se ve reflejada en los libros de texto, por lo que es necesario unos recursos didácticos alternativos como es el caso de las técnicas de Freinet.
Por otro lado, el hecho de centrarnos en dicho material produce una descualificación profesional del docente puesto que los libros dominan los contenidos y la dinámica del aula, ya que estos permiten:

1.      Reducir las inversiones en la producción y en el sistema educativo
2.      Incrementar el ritmo y la cantidad de trabajo
3.      Controlar el trabajo del obrero y del profesor
4.      Emplear y sustituir personal con gran comodidad

Todo esto, presenta una relación directa con el artículo de “Los libros de texto y profesionalidad docente” de Ana López Hernández. Este documento se centra en conocer que es la profesionalidad dividiendo este aspecto en dos tipos. La profesionalidad restringida (centrada en la competencia en el aula y en el niño) y la profesionalidad amplia (incluye, además, la consideración de la labor dentro del contexto más amplio de la escuela, la comunidad y la sociedad).

Es importante tener en cuenta que, los materiales curriculares que se utilizan pueden dificultar o impedir la colaboración profesional como es el caso de los libros de texto que conllevan la pérdida de la autonomía profesional, ya que gobiernan la vida de la clase.
Por otra parte, es importante tener en cuenta los contenidos que se dan en clase ya que de cierta manera influencian al alumno/a, es por eso que en el texto “Análisis de la ausencia de las mujeres en los manuales de la ESO: Una genealogía de conocimiento oculta” de Ana López Navajas hace una reflexión sobre el papel de la mujer en los libros de texto.

En dicho artículo, aparece demostrado con diversos datos que las mujeres están olvidadas en dicho material, ya que no cuentan con la tradición cultural sobre todo en Educación Secundaria. Por ejemplo, las asignaturas de ciencias mantienen un porcentaje de presencia femenina en torno al 8%, por debajo de la media y a medida que los cursos aumentan de nivel y los contenidos ganan en profundidad la presencia disminuye todavía más.

En definitiva, los resultados demuestran que con el paso del tiempo está situación no ha mejorado y el sexismo hacia la mujer sigue formando parte del recurso. Es fundamental tener en cuenta que nuestra ausencia marca una carencia cultural con un alcance social mayor. Por eso mismo, es necesario cambiar la realidad y crear instrumentos que permitan revertir esta situación.

Referencias:

Atienza, E. (2006). Ideología y discurso en los contextos educativos: Manifestación del currículo oculto. Actas del XXXV Simposio Internacional de la Sociedad Española de Lingüística, pp. 135-151.

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