Es
necesario reflexionar
¿qué
implica usar libros de texto como principal recurso educativo?
Bienvenidos/as una semana más!!
Durante la sesión de esta semana profundizamos sobre la implicación de la
implementación del libro de texto en las aulas.
En primer lugar, al seleccionar el profesorado para su clase o asignatura un
libro de texto otorgándole un papel principal como único recurso educativo en
el que se apoyará para impartir sus clases, automáticamente cae en una
descalificación profesional. El libro de texto presenta un curriculum elaborado,
estandarizado que se transforma en un curriculum prefabricado coartando la
capacidad de innovación de los profesores. En segundo lugar, no podemos negar
que los libros de texto son potenciales transmisores ideológicos tanto por lo
que contienen y no contienen en su interior. De esta manera, se enseña un
curriculum totalmente dirigido explicita e implícitamente por la ideología que
hay detrás de la editorial autora.
Por lo tanto, en tercer lugar, los libros de texto imponen una secuencia
didáctica estandarizada y lineal que limita la libertad profesional del profesor
en todas sus facetas. Todo ello, convierte a la escuela en una fábrica de
producción en serie donde los profesores son los operarios que en cada lineal
(curso escolar) se encargan de ir dando forma al producto final (alumnos),
según el pedido requerido, es decir la filosofía que esconden los libros de texto.
Así pues, la educación es una estrategia
de control social sinónima de poder, de gran interés económico y político para
cuatro o cinco grupos editoriales, que en la actualidad también son dueñas de
cadenas televisoras y diversos medios de comunicación. El marketing, los
fraudes, las prácticas corruptas, entre otras, son algunas de las acciones que
utilizan estas editoriales para convencer tanto a profesores como a padres de
familia que el libro de texto es imprescindible para poder aprender.
Los profesionales de la educación deben reflexionar y tomar decisiones
éticas sobre el uso de los libros de texto. Para continuar profundizando sobre esta
temática y su repercusión en la educación, a continuación, comentaremos una
serie de textos recomendados:
El primer texto “Ideología y discurso en los contextos educativos:
Manifestación del currículo oculto” de Atienza (2006), después de analizar algunos
libros de texto de educación secundaria de Historia, en Cataluña, afirma que
los textos escolares esconden estrategias argumentativas reveladoras de una
determinada ideología. Además, los libros de Historia no potencian la lectura
crítica de la realidad sesgada de algunos temas que presentan. Sin embargo, sí potencian
el sistema de creencias de forma oculta en su discurso, sembrando así los prejuicios
e imágenes negativas de algunos temas. También, se observó que las secuencias
narrativas y descriptivas en los libros revisados se caracterizan por no ser
explicativas para no ser cuestionadas. La Historia sólo admite su lectura en
una sola dirección “la nuestra” y se silencia lo negativo, a conveniencia de la
imagen que se pretende sembrar de “los otros”. Y, llamó la atención cómo la
ideología oculta se vislumbra en los títulos de las unidades o en las síntesis
iniciales de los temas que componen los libros de texto; la omisión de algunas realidades
como los gitanos, las relaciones entre el primer y el tercer mundo, la
migración, etc. Tras este estudio, Atienza piensa: “… debiera abogarse por
aprender a leer críticamente su contenido”.
Respecto al texto “Para qué profesores y profesoras si ya tenemos libros
de texto” de Jurjo Torres Santome, se destacan diferentes aspectos a
comentar. Una de las ideas principales es que los libros son materiales
revisados por lo que los contenidos que se abarcan son seleccionados.
Además, habla de que las Editoriales son las encargadas de agrupar esos
contenidos mínimos y máximos que se deben trabajar en el aula. También, se
centra en las críticas que recibe el profesorado si se deja de lado el libro de
texto, añadiendo que este se trata de un producto político. Destacando que
estamos en una sociedad guiada por el consumismo y que dicha situación se ve
reflejada en los libros de texto, por lo que es necesario unos recursos
didácticos alternativos como es el caso de las técnicas de Freinet.
Por otro lado, el hecho de centrarnos en dicho material produce una
descualificación profesional del docente puesto que los libros dominan los
contenidos y la dinámica del aula, ya que estos permiten:
1. Reducir las inversiones en la producción y en el sistema educativo
2. Incrementar el ritmo y la cantidad de trabajo
3. Controlar el trabajo del obrero y del profesor
4. Emplear y sustituir personal con gran comodidad
Todo esto, presenta una relación directa con el artículo de “Los libros de
texto y profesionalidad docente” de Ana López Hernández. Este documento se
centra en conocer que es la profesionalidad dividiendo este aspecto en dos
tipos. La profesionalidad restringida (centrada en la competencia en el aula y
en el niño) y la profesionalidad amplia (incluye, además, la consideración de
la labor dentro del contexto más amplio de la escuela, la comunidad y la
sociedad).
Es importante tener en cuenta que, los materiales curriculares que se
utilizan pueden dificultar o impedir la colaboración profesional como es el
caso de los libros de texto que conllevan la pérdida de la autonomía profesional,
ya que gobiernan la vida de la clase.
Por otra parte, es importante tener en cuenta los contenidos que se dan en
clase ya que de cierta manera influencian al alumno/a, es por eso que en el
texto “Análisis de la ausencia de las mujeres en los manuales de la ESO: Una
genealogía de conocimiento oculta” de Ana López Navajas hace una reflexión
sobre el papel de la mujer en los libros de texto.
En dicho artículo, aparece demostrado con diversos datos que las mujeres
están olvidadas en dicho material, ya que no cuentan con la tradición cultural
sobre todo en Educación Secundaria. Por ejemplo, las asignaturas de ciencias
mantienen un porcentaje de presencia femenina en torno al 8%, por debajo de la
media y a medida que los cursos aumentan de nivel y los contenidos ganan en
profundidad la presencia disminuye todavía más.
En definitiva, los resultados demuestran que con el
paso del tiempo está situación no ha mejorado y el sexismo hacia la mujer sigue
formando parte del recurso. Es fundamental tener en cuenta que nuestra ausencia
marca una carencia cultural con un alcance social mayor. Por eso mismo, es
necesario cambiar la realidad y crear instrumentos que permitan revertir
esta situación.
Referencias:
Atienza, E. (2006). Ideología y discurso
en los contextos educativos: Manifestación del currículo oculto. Actas del
XXXV Simposio Internacional de la Sociedad Española de Lingüística, pp.
135-151.
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